Cinco artistas japoneses contemporáneos que todo el mundo debería conocer

La escena artística contemporánea de Japón es increíblemente rica y diversa. El país cuenta con varios artistas pioneros que han transformado la industria del arte a escala global. Desde el movimiento Superflat de Takashi Murakami hasta el universo de puntos polka de Yayoi Kusama, pasando por el uso futurista de la tecnología en las prácticas artísticas, te presentamos cinco artistas japoneses imprescindibles en el panorama actual del arte.

El arte japonés nos ha influenciado para diseñar nuestras camisas estampadas, que son igualmente obras de arte contemporáneas.

Chiho Aoshima

Miembro de la productora de arte Kaikai Kiki y del movimiento Superflat (ambos fundados por el legendario artista japonés Takashi Murakami), Chiho Aoshima es mejor conocida por sus fantásticas criaturas pop urbanas y sus paisajes. Si bien es una autodidacta que comenzó a trabajar con el arte gráfico en la fábrica de Murakami, Aoshima crea paisajes oníricos y surrealistas habitados por fantasmas, demonios, mujeres jóvenes y elementos de la naturaleza. Su obra de arte generalmente es a gran escala e impresa en papel con materiales como cuero y plástico. En 2006, Aoshima produjo City Glow, Mountain Whisper en la estación de Gloucester Road en Londres como parte de Art on the Underground, donde 17 arcos de plataforma sucesivos crearon un paisaje mágico que gradualmente transformó de día a noche, de urbano a rural. La obra representaba el mundo utópico de Aoshima en el que el tiempo se suspende y las criaturas orgánicas son una con cosas inanimadas.

Ryoji Ikeda

Ryoji Ikeda es un nuevo artista de medios y sonido cuyo trabajo se relaciona principalmente con distintos sonidos su estado bruto, desde tonos sinusoidales hasta ruido, empleando frecuencias en el límite del rango de audición humana. Sus actuaciones e instalaciones inmersivas comprenden sonidos generados por ordenador que se transforman visualmente en proyecciones de vídeo o patrones digitales. La obra audiovisual de Ikeda utiliza escala, luz, sombra, volumen, sonidos electrónicos y ritmo para inundar los sentidos. El famoso Patrón de prueba de Ikeda [no.5] consta de cinco proyectores que iluminan un espacio de 28 metros de largo por ocho de ancho. La instalación convierte datos (texto, sonidos, fotos y películas) en códigos de barras y patrones binarios de ceros y unos. La obra de Ikeda también incluye actuaciones nocturnas, como Datamatics [ver.2.0], una versión actualizada de un concierto audiovisual que ha presentado en varios lugares del mundo desde 2006. Ikeda examina y aplica métodos matemáticos y científicos para dar forma a la música, el tiempo y el espacio, creando experiencias hipnóticas. Explora el sonido y la visión, deconstruyendo sus propiedades físicas para revelar las complejas relaciones involucradas en la percepción humana. Este artista lleva al extremo el potencial de la tecnología digital para desafiar los umbrales de la percepción.

Takashi Murakami

Takashi Murakami es uno de los artistas contemporáneos más emblemáticos de Japón. Desde pinturas hasta esculturas a gran escala y colaboraciones de moda, el trabajo de Murakami está muy influenciado por el manga y el anime. Fundador del movimiento Superflat y del colectivo de artistas Kaikai Kiki, Murakami ha desarrollado y respaldado las carreras de muchos de sus discípulos. El término "superflat" describe tanto las características estéticas de la tradición artística japonesa como la naturaleza de la cultura y la sociedad japonesa de la posguerra. La tradición dejó un legado de imágenes planas y bidimensionales, con énfasis en planos chatos de color, que ha sido reelaborado en la cultura contemporánea a través del manga y el anime. El Japón de la posguerra también experimentó un "aplanamiento" de las diferencias en la clase social y el gusto popular. La propia práctica de Murakami implica reformular elementos que generalmente se consideran "bajos" o subculturales y presentarlos en los mercados de arte "altos”. Su provocadora My Lonesome Cowboy (1998) se vendió en Sotheby's New York por un récord de 15.2 millones de dólares en 2008. Además de sus obras de arte, Murakami ha colaborado con marcas como Marc Jacobs, Louis Vuitton e Issey Miyake.

Yoshitomo Nara

Yoshitomo Nara crea pinturas, esculturas y dibujos con una cualidad característica: niños y perros de grandes ojos. Estos temas intentan capturar la sensación de aburrimiento y frustración infantil, y la recuperación de la feroz independencia natural de los niños. Con reminiscencias de las ilustraciones de libros tradicionales, su estética presenta una tensión inquieta, en parte influenciada por su amor al punk rock. Los títulos de sus obras son un claro testimonio de esto: La niña con el cuchillo en su lado (1991), La violencia silenciosa (1998), Neurótico al hueso (1999) y No hay nada (2000). En 2011, celebró su primera gran exposición individual titulada Yoshitomo Nara: Nobody's Fool en el Museo de la Sociedad de Asia de la ciudad de Nueva York. La exposición comprende obras que abarcan los 20 años de carrera del artista. Las obras expuestas estuvieron íntimamente conectadas con la sensibilidad de las subculturas juveniles de todo el mundo, centrándose en temas de alienación y rebelión, particularmente en relación con el rock y la música punk.

Yayoi Kusama

Con una carrera asombrosa que abarca casi siete décadas, Yayoi Kusama ha explorado los ámbitos de la pintura, dibujo, collage, escultura, performance, cine, grabado, instalación y arte ambiental; pero también la literatura, la moda y el diseño de productos. Kusama ha desarrollado un estilo muy distintivo de arte con lunares, que se ha convertido en su marca registrada. Estas ilusiones ópticas son producto de las alucinaciones que la artista ha experimentado desde su infancia. Kusama ha cubierto salas enteras con coloridos puntos y "espejos infinitos" que reflejan infinitamente formas de luz de colores.